LA MUERTE COPIA Y PEGA. ANVERSO.
La muerte copia y pega. A mansalva.
Porque para ella todo está escrito.
Nada nuevo asoma
bajo su sol aturdido
de tanto calcar brillos agónicos
de vidas que son refritos, aquí y allá,
onerosas multiplicaciones de sinsentidos
replicándose entre ecos –replica sollozante-
que nadie acalla
porque nadie hay, nadie,
y así la muerte copia y pega
sin molestarse en entrecomillar
esa vida que creemos nuestra,
quizá porque lo nuestro
siempre ha sido suyo, es decir, de todos y de ninguno.
LA MUERTE COPIA Y PEGA. REVERSO.
Ten entereza, muerte,
sácate la sotana de una vez
y baja hasta mi voz,
que mi lengua es tu cementerio.
Y no me vengas con cuentos,
que a nadie sentencias;
tu aburrida jurisprudencia
ya no absuelve ni condena.
Te has vuelto ordinaria,
apenas una reina sanitizada de supermercado
que promociona productos pasados de moda.
Tus epitafios, ya se sabe,
tienen fecha garantizada de caducidad.
No es prestidigitación tampoco
eso de andar apedreando
a diestra y siniestra
con rancios apotegmas sacados de un misal.
Eres en verdad una fantasía obsoleta
que enmascara con estridencia
su ausencia de vida, su naturaleza rastrera
y advenediza: quisiste escribir en mí
pero ahora te tarjo tarjándome.
Convencido de que mi ausencia
ya no te inyectará presencia.
Deja entonces de copiar y pegar.
BECKETT I
Asumía otras voces
convencido en la abolición del principio de identidad
–A nunca era igual a A-
por eso la astucia estaba en repetir, el talento en insistir,
un yo defenestrado en esa piel de ventrilocuo
que juega a encuentros y desencuentros
vulnerando el principio de autoridad
y su simulacro de máscaras
que no hace sino perpetuar la desnudez del emperador.
Porque sabía no hay origen más cierto que la ausencia de origen
y que todo discurso, a la larga, apela a la invalidez.
Y al fin entonces lo puso por escrito:
“¿Adónde ir, si pudiera ir?
¿Quién soy, si pudiera ser?
¿Qué diría, si tuviera una voz?
¿Quién afirma todo esto postulándose como un yo?”
BECKETT II
What does it matter
Who is speaking
Someone said:
¿Y quién es alguien?
¿Una máscara exhumada
desde el féretro de un rostro?
What does it matter
Who is speaking:
Al lenguaje –juez y parte-,
un astuto maestro de la prevaricación,
poco le importa
Someone said:
¿Alguien sentenciado a una voz
que no es tuya ni de nadie,
fragmentos póstumos
arrojados en la anónima orilla
de una vida que no se entiende?
Someone said:
¿Será el mismo
que aquí se esconde?
SIGO Y NO SIGO
Sigo y no sigo.
La voz y la palabra que teje voces
más allá de la palabra.
Sigo y no sigo.
El ápice y el borde
que remata la vidriera
de ese ventanal que nos asoma a un paisaje
en el que no hay asomo de nosotros.
Sigo y no sigo.
Un amor desalojado de amantes
que se desdice de su monarquía solitaria
en el que el deseo es servidumbre
a un señor sin tierras ni rey.
Sigo y no sigo.
Mi rostro embalsamado
ya no reclama caretas ni ardides.
Porque de tu cuerpo al mío
hay una herida descamándose
en tactos que a nada conducen.
Sigo y no sigo.
Nos han traducido
a medias desde un idioma
que tampoco es nuestro.
Somos réplica de nada. Copia de nadie
En este “palimpsesto de la vida”
la próxima vuelta es tuya.
Armando Roa Vial (Santiago, Chile) 1966. Poeta, traductor, ensayista y narrador. Ha recibido en Chile el Premio Pablo Neruda y, en dos oportunidades, el Premio de la Crítica en poesía y traducción. Su obra poética está recogida en Ejercicios de Filiación, Shakespearean Blues, La Nave de los Muertos y Desde otros Tiempos y Voces. Ha traducido Beowulf y, también, selecciones de la obra poética de Thomas Hardy, Ezra Pound, Robert Browning, Kenneth Rexroth, John Berryman y Michael McClure.
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